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Factores que intervienen en el diseño de etiquetas para productos alimentarios

  • Publicado el 26 de Enero de 2015
  • Imprentaonline24

Cualquier artículo necesita una marca para poder comercializarse. La etiqueta es uno de los elementos que refuerza y consolida la personalidad de un producto y que ayuda a transmitir dicha marca. Un producto de limpieza o de alimentación colocado en el lineal de un supermercado requiere siempre una etiqueta para informar y vender. Por ello es importante que el diseño contenga una estética adecuada y logre transmitir  los valores que el fabricante desea.

Una etiqueta de producto siempre tiene que incorporar información veraz, eficaz y suficiente para que el cliente pueda conocer sus características esenciales antes de comprarlo, sin inducir a ningún tipo de error.  De hecho, es uno de los requisitos que recoge en su texto la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. Pero también es cierto que como herramienta de marketing,  tiene el poder de atraer al cliente a la hora de comprar el producto colocado en la sección pertinente de un supermercado. En muchas ocasiones, un envase determinado acompañado de una etiqueta bien diseñada desencadena lo que habitualmente se denomina la compra por impulso, es decir, cuando el cliente ve algo que no figuraba en la lista de su compra y en ese momento siente la necesidad de adquirirlo.

Realmente no hay unas reglas a seguir a la hora de crear un buen diseño de etiqueta que capte la atención del consumidor e impulse el acto de compra. Sin embargo, cualquier persona es capaz de reconocer un diseño llamativo y atractivo cuando lo ve.  Existen, no obstante, unos elementos básicos en el diseño de cualquier etiqueta que utilizados con mayor o menor eficacia, provocarán mayor grado de impacto en el cliente.

 

La forma

Es fundamental tener en cuenta la forma y las medidas que tiene el envase para diseñar un etiqueta. En función de ambos factores se optará por el formato más idóneo y que mejor lucirá en el producto: cuadrada, rectangular, redonda, etc.

Color

Para llamar la atención de un cliente que pasea por los pasillos de un supermercado ¿cuál es el color más adecuado para una etiqueta? Siempre dependerá principalmente de dos factores: el propio color del envase y si éste es transparente. En este último caso habrá que tener en cuenta la tonalidad del propio producto. En cualquier caso, hay que asegurarse de que los colores seleccionados no interfieran de forma negativa y reduzcan el atractivo visual en su conjunto. Los colores cálidos, por ejemplo, son más placenteros a la vista y los crema con textura son muy eficaces y populares en vinos y licores donde se quiere transmitir una imagen artesanal.

Texturas, gráficos y logotipo

Las tramas o texturas de fondo son elementos importantes que también se deben tener en cuenta, así como los gráficos que pueden acompañar.  Se utilizarán y se incorporarán en el diseño final siempre que estén justificados y que refuercen el valor de marca que se busca transmitir. El logotipo también se incorporará en la zona más visible de la etiqueta a un tamaño superior al resto de elementos que intervienen en el diseño.

Tipografía

Es una decisión crítica y merece especial atención. Se recomienda no escoger fuentes estándar como Times New Roman o Arial. También habría que evitar tipografías demasiado utilizadas. Con criterio y siempre manteniendo la coherencia del diseño en su totalidad, se optará por una fuente nueva y diferente. La única limitación es que no dificulte su lectura.

Legibilidad

Si tenemos en cuenta que el cliente de un supermercado recorre su superficie rodeado de centenares de productos a ambos lados de los pasillos y en un tiempo limitado, es fundamental que en 2 ó 3 segundos sea capaz de leer un puñado de palabras. Por tanto, el nombre de la marca o empresa, así como dos o tres palabras que describan el producto tienen que estar a un tamaño lo suficientemente grande para que puedan leerse a un mínimo de dos metros de distancia.

Materiales y acabado

Es uno de los temas que deben abordarse antes de iniciar el proceso de diseño de la etiqueta. Tiene que poder encajar en el material y en la forma del envase. En el caso de productos congelados o refrigerados se debe optar por materiales resistentes al agua.

Respecto al acabado se puede escoger entre mate o brillo en función de la imagen que se desea trasladar al consumidor. Un laminado mate siempre proporcionará un aspecto más clásico además de facilitar su lectura. El brillo, sin embargo, añade más impacto a los colores que se han utilizado en la etiqueta y dan un aspecto brillante.

Paralelamente a estos criterios generales, hay que tener en cuenta otra serie de factores en el diseño de etiquetas y que resumimos a continuación.

- Los productos de alimentación están obligados por normativa europea y española a proporcionar a los consumidores determinada información en la etiqueta. Es obligatorio indicar los ingredientes utilizados en su elaboración, en orden descendente (de mayor a menor cantidad). También deben indicarse aditivos, edulcorantes, aromas, gases, alérgenos, etc.  Se recomienda revisar y leer en su totalidad la normativa que hay publicada sobre este asunto.

- Incorporar información de contacto.  Se aconseja colocar un número de atención al consumidor, un sitio web y una dirección física en alguna zona de la etiqueta.

- Para determinados productos es recomendable utilizar una etiqueta delantera y otra trasera porque permiten separar la información de la marca y la información nutricional y reglamentaria.

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